sábado, 10 de marzo de 2012

A ella le encanta andar descalza por su casa. Explotar las pompitas del papel de embalar. El olor del mar y el de un bote de cola-cao recién abierto. Ella tiene mucha facilidad para que se le hagan nudos en el estómago. Dibuja castillos de arena en el aire mientras pisa muy fuerte el suelo. No dice todo lo que piensa pero hace tiempo que dejó de pensar todo lo que dice. Ha aprendido que un te quiero demasiado tarde no sirve de nada. Me explicó que para ella, la amistad es como una planta que hay que regar casi todos los días para que no se marchite. Le gusta descubrir canciones nuevas, la compañía de alguien que le pueda enseñar cualquier cosa nueva, las ciudades nocturnas vistas desde las alturas, y los besos en espiral. Se enamoró hasta casi perder el sentido y el norte. Y así aprendió que las heridas de guerra son muy difíciles de curar (o de olvidar).Le encanta beber cosas que estén frías por eso del escalofrió que después te recorre hasta los dedos, las tortitas y ver(te). Hay días que se revela y otros que lo poco que tiene lo da. Ella no tiene miedo esta segura de lo que hace, no le importa lo que los demás piensan o digan. Ella busca miradas entre los ojos de gente. Tiene un baúl lleno de momentos con banda sonora. Y se le pone la piel de gallina al recordar momentos. Ella es coleccionista de instantes que la dejan sin aliento. Es capaz de amar hasta el infinito y marcharse sin que te des cuenta. Ella no pertenece a nadie. Es como el viento, como el mes de Abril que tiene una duración determinada y después.. Desaparece. Hasta que el tiempo la vuelva a traer a esta orilla. No le gusta que le sigan. Regálale una sonrisa, seguro que le gusta.


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